jueves, 29 de enero de 2009

La veía entre mis sueños y en mis pensamientos, el aroma a rosas combinadas con oléo me ponía a imaginar cosas que suponía no debía hacer pero me fascinaba, esa falda hasta abajo de las rodillas y esas panties color negro hacían que mi imaginación volara, volara hasta el infinito, haciéndome pensar en las cosas mas pervertidas que podía un ser humano pensar.

Mi profesora de arte, nadie me lo creería, la veía de lejos y sonreía de cerca, y es que esa mujer me traía loca, y sí, yo era mujer. No me catalogaba lesbiana, y no parecía pero el tan solo hecho de mirarla, era el deseo mas profundo que tenía, quería poderle dar una seña, algo que la hiciera imaginar que la quería tener aunque sea una noche entre mis brazos o yo en los suyos ya que yo era mucho menor que ella.

Por las tardes la venía a recoger un tipo de esos grandes, machos y fuertes, salía como loca cuando lo veía venir por la ventana, la clase terminaba, y yo la veía salir, la veía desaparecer, y en las noches la volvía a imaginar.

Se me ocurrió un día llamarla, con el pretexto de poder ir a su casa a repasar una técnica de pintura, acepto con mucha amabilidad, fue entonces cuando comencé a alistarme como si saliera a una cita, pero no, iba a la casa de mi maestra de arte, la mujer que me hacía imaginar las fantasías mas profundas de una mujer.

Toqué su puerta, al verla me sorprendí, tenia puesto una falda muy pequeña y sus pechos estaban descubiertos, traía las mismas panties que me gustaban y al verme me jaló, tiro mis cosas, y al oído me dijo “ creías que no me daba cuenta cuanto me deseas?”

Wow pensé, mi sueño se habían hecho realidad, me sacó el polo, luego yo la falda que llevaba puesta, tenía unas piernas hermosas y firmes, y un trasero que a cualquiera volvería loco, la tomé con las dos manos y comenzamos a besarnos, rocío mi cuerpo con pintura y nos frotamos entre nosotras mismas, ella era una obra de arte hecha persona, lamía mi cuello y yo agarraba sus pechos y luego su cabello, introduje mis dedos en su vagina, gemía y gemía como nunca había escuchado en toda mi vida, sabía que le gustaba, nadie mas le había hecho el amor como yo, una mujer. Se movía despacio, y cada vez mas rapido, me besaba con mucha pasión, y yo también, asi pasó el tiempo, hasta que se agotó yo por supuesto quería seguir, nos hechamos en el mueble de su cuarto me abrazó la abrasé, sentí que la amaba en ese momento.

Cuando me despedí lo hice como si nunca mas la fuera a ver, tomé mi auto y arranqué a toda velocidad como si el acelerador fuera ella, mas fuerte la pisabas mas rápido ibas, llegué a mi casa, y no dude en masturbarme pensando en ella.

Al día siguiente, la ví, otra vez,la volví a buscar, volvimos a vernos y me contó que ya no estaba con el tipo ese, le dije que la amaba, que nunca había sentido esto por nadie, me dijo que lo pensaría, aun la sigo esperando…

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

1 de febrero de 2009, 8:21  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me gustan mucho tus escritos.

1 de febrero de 2009, 8:25  

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